domingo, 11 de abril de 2010

El juez Garzón alega ser víctima de una «persecución ideológica»

ESPAÑA

El juez Garzón alega ser víctima de una «persecución ideológica»

El magistrado acusa a Varela de no dejarle defenderse y de buscar ante todo su apartamiento de la carrera judicial

11.04.10 - 01:35 - MELCHOR SÁIZ-PARDO
MADRID.

«El instructor ya tiene una opinión y no considera útil ninguna otra prueba», denuncia el procesado Baltasar Garzón respondió con toda su artillería a la decisión del instructor del Supremo, Luciano Varela, de sentarle en el banquillo acusado de haber prevaricado al investigar las desapariciones y crímenes durante el Franquismo. El abogado del magistrado de la Audiencia Nacional, Gonzalo Martínez-Fresneda, presentó ayer en el juzgado de guardia un duro recurso de reforma en el que acusa a Varela de ser cómplice de la «persecución política» de Garzón promovida por la Falange y otros grupos ultraderechistas, y de no dejar siquiera al juez bajo sospecha defenderse de los cargos. El letrado de Baltasar Garzón, incluso, recrimina al instructor del Supremo que esté lleno de prejuicios y de tener como único objetivo conseguir cuanto antes, al menos, el apartamiento del magistrado de la carrera judicial.

El escrito, de 28 páginas, es la respuesta de Baltasar Garzón al auto del 7 de abril en el que Varela acordó que «ha lugar a proceder» contra el juez, rechazando todas y cada una de las pruebas exculpatorias que reclamaba el imputado, que se enfrenta a cargos que le pueden acarrear hasta 20 años de inhabilitación. «No se nos ha permitido probar que se pueden defender jurídicamente otras opiniones distintas» a la de Varela, en el sentido de que la investigación del Franquismo no fue más que una decisión jurisdiccional, acertada o no, pero no prevaricadora.

Prejuicios

El letrado Martínez-Fresneda se muestra desesperado y se pregunta: «¿Qué nos queda entonces? ¿Sentar en el banquillo a Baltasar Garzón para mantener ante él un debate normativo?» El abogado, no sin sorna, insiste en los apriorismos de los que, a su juicio, ha hecho gala Varela: «El excelentísimo instructor ya tiene una opinión sobre el particular y no considera de utilidad ninguna diligencia de prueba que se le quiera aportar de contrario». «Por más que el instructor se haya hecho una idea preconcebida de los hechos, no puede denegar a la defensa la posibilidad de aportar a la causa otros elementos de valoración que vengan al caso y que se refieran a los hechos investigados», lamenta el letrado. Máxime -recuerda el escrito de reforma- cuando a las acusaciones se le han autorizado la gran mayoría de diligencias solicitadas.

La «insólita e inhabitual» decisión de negar todas las pruebas -sostiene el recurso- «vulnera clara y decisivamente el derecho a la defensa» del juez imputado, a quien se le puede hacer un «daño irreparable», antes incluso de sentarle en el banquillo, ya que el auto «puede abrir paso, como de manera explícita pretende, a la suspensión inmediata (de Garzón) en sus funciones jurisdiccionales». El escrito insiste en otro pasaje en que Luciano Varela, en su auto, ya ha «tomado partido por la suspensión cautelar» del magistrado que investigó los crímenes del dictador.

«Motivaciones espurias»

El recurso pone el acento en que este proceso, en realidad, no es más que una «persecución política» y muestra su sorpresa por el hecho de que el Supremo haya dado credibilidad a las acusaciones de colectivos ultraderechistas. «Han sido motivaciones ideológicas las que han movido a ciertas organizaciones y grupúsculos marginales a ejercer una acción penal contra Baltasar Garzón para denunciar un delito que ni la Fiscalía ni la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional habían advertido. Habríamos esperado que este excelentísimo tribunal valorase estas espurias motivaciones a la hora de no prestar crédito a tal persecución ideológica».

Para Garzón y su abogado, el auto del pasado miércoles, además de ser «contrario a derecho», «exorbitante» y «de notable extravagancia», crea un peligroso precedente porque pone en «serio riesgo la independencia judicial» que garantiza la Constitución. El «espíritu» del escrito de Varela, según el recurrente, «tiene que ver más con el intento de imponer a unos subordinados jerárquicos una determinada interpretación normativa, o unas opciones de política del derecho, que con un Poder Judicial que respeta la independencia y libertad de criterio de todos y cada uno de sus miembros».

La Sala de lo Penal será la que decida ahora sobre este último recurso, que previsiblemente rechazará, como hizo con los anteriores.

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