domingo, 25 de abril de 2010

La ausencia


La ausencia



¿Quién me recordará la que partió?

Lo que la brisa trajo con la brisa se fue.

Adormece tu dolor, Hafiz,

tu viejo dolor con vino viejo.

Únicamente el vino puede darte

la felicidad, y tú lo sabes.

¡Ay! ¡Qué fácil le resultó abandonarme!...

Por eso, ya acostumbrado a este dolor,

no busco para él remedio alguno.

No pretendas torcer el viento

aunque sople según tus deseos.

Aunque la suerte parezca favorecerte

no tuerzas nunca tu camino.

Y no preguntes tampoco el “como”

ni el “porqué”. El fiel esclavo

acata ciegamente las órdenes del amo.

¿Quién te ha dicho que Hafiz

pensaba aún en ti?  ¡Oh bienamada,

eso es mentira!...

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