Los reflejos de la pared
Todavía mi deseo no perdió la esperanza
de tu beso,
esperanza siempre viva y que me hace vivir.
En la noche aromada de tu pelo perdí
mí corazón.
¿Qué sería de mí si este amor mío
debiera terminar?
Un día mi nombre subió a los labios de mi amada
y creía descubrir todos los goces de la vida.
El sol hace bailar el reflejo de tu rostro
en las blancas paredes de mi cuarto
y ese reflejo brilla hasta en la sombra
de la terraza. Tu boca escanciadora
me ha vertido un vino que me quema.
¡Que importa! Escáncialo puesto que soy
extraño entre quienes poseen la ciencia del amor.
Me dijiste una vez “ Deja tu vida
En mis manos y te daré la paz”
Y mi vida te di sin pesadumbre
más la paz no me llegó.
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