Se fue
Ni un solo beso pude robarle…
Y se fue.
Apenas entreví su rostro puro…
Y se fue.
Nuestra unión que sólo era alegría
Hoy es sólo amargura.
No logré retenerla…
Y se fue.
¡Que ternura en su voz cuando decía
“¡nunca me iré del círculo bendito de
tus brazos,
fuente de mi deseo!”… ¡Qué caricias!...
Y se fue.
Me dijo: “Si quieres mi presencia
Deberás renunciar a ti mismo”.
Todo lo abandoné…
Y se fue.
¡Que alivio era su andar! ¡Con que paso de reina
pisaba la hierbecilla tierna y las flores!
Yo no logré coger la rosa de su boca…
Y se fue.
¡Oh Shejim! Cada noche se alarga en lamentos
y lágrimas.
¡Ay de mí! ¡Ay de mí! Ni siquiera
pude decirle adiós…
Y se fue.
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